
Reconocido en todo el mundo por su arquitectura, que combina proeza técnica y potencia estética, el Mucem -el museo dedicado al Mediterráneo- se convirtió en el símbolo de la nueva identidad de Marsella. Sus dos edificios, J4 y Fuerte Saint-Jean, invitan a dar un paseo por el mar, la historia y la modernidad.
En el horizonte de Marsella se destaca un cubo de cristal que emerge del mar, envuelto en un sorprendente calado de cemento. Desde 2013, el Mucem (Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas) transformó la fisonomía arquitectónica de esta ciudad costera francesa. La obra de Rudy Ricciotti (en colaboración con Roland Carta) se sitúa en el antiguo muelle J4 y da la sensación de que flota sobre el agua. “Está en la orilla norte del Mediterráneo, contemplando el mar y acogiendo sus ideas con la brisa”, comenta el ingeniero y arquitecto que nació en Argelia en 1952 y es conocido como “el orfebre del hormigón”.
Denominado J4, el edificio principal de Mucem asombra con su doble fachada. Está conformado por un cuadrado perfecto de 72 metros de lado construido en vidrio. Para evitar el efecto invernadero, Ricciotti creó un intrincado encaje de concreto con patrones orgánicos (que varios relacionan con las redes de pesca). Un diseño audaz que filtra el viento, pero permite el paso de los aromas del mar y deja que se asomen los rayos del sol para generar un juego de luces y sombras similar al oleaje.
Una rampa entre la malla y el vidrio genera un recorrido desde la planta baja hasta el techo y ofrece vistas excepcionales del Mediterráneo, del histórico Fuerte Saint-Jean y de las exposiciones sin ingresar a las salas. “El proyecto exterior no contamina la parte del museo”, explica Ricciotti.
Por las noches, el edificio se transforma en un faro contemporáneo gracias a la iluminación diseñada por Yann Kersalé, que envuelve la estructura en una luz azulada que parece imitar el cielo nocturno. Las proyecciones de luz entre los huecos del hormigón sugieren un universo de estrellas, mientras el juego de sombras y reflejos continúa en el interior.
Unión de pasado medieval y modernidad
En la terraza del edificio J4, toda cubierta por madera de exterior, se encuentra la pasarela de 135 metros suspendida sobre el mar -a la que Ricciotti llama “alfombra voladora”- que une al J4 con la fortaleza situada justo enfrente. El Fuerte Saint-Jean, restaurado y abierto por primera vez al público en 2013, complementa al moderno Mucem con su rica historia y sus jardines colgantes.
Construido en el siglo XVII bajo el reinado de Louis XIV, el fuerte cumplió una función estrictamente militar hasta la Revolución Francesa, cuando se convirtió en prisión estatal.
Hoy cuenta con exposiciones durante todo el año y, en los días soleados, actividades culturales al aire libre (espectáculos, proyecciones en pantalla gigante, conciertos, festivales). También ofrece un paseo por un jardín mediterráneo, un restaurante y una librería.
Un segundo puente, de 70 metros de longitud, conecta al fuerte con la iglesia de Saint Lauren del barrio de Panier. De esta manera, se crea una continuidad del recorrido turístico que se extiende hacia la ciudad.


Temática mediterránea
Mucem es el primer museo dedicado a explorar la historia y la cultura del Mediterráneo en su conexión con Europa. Tanto el edificio diseñado por Ricciotti como el Fuerte Saint-Jean despliegan un programa de muestras con una visión amplia y diversa que combina la historia, la arqueología, el arte contemporáneo y las ciencias sociales,
Con una superficie de 16.500 m², el J4 dedica 3.690 metros exclusivamente a exposiciones.
Las muestras permanentes generan una ventana a la rica historia de las culturas europeas y mediterráneas. Mucem da cobijo a una colección excepcional de más de 350.000 objetos y un gran fondo que alcanza el millón de obras, documentos y artefactos. En tanto, las exhibiciones temporales, ubicadas en el segundo piso, invitan a reflexionar sobre los aspectos más actuales de esta región.
Gracias a un rico patrimonio histórico que se combina con propuestas con perspectiva contemporánea, el Mucem se consolidó como el máximo representante de la vida artística y cultural de Marsella.