Desde Luján de Cuyo, Mendoza, Catena Zapata lidera una industria nacional que se abre camino entre las bodegas de alta gama en el resto del mundo. Además, sus propuestas enoturísticas invitan a conocer sus vinos, su historia de más de cien años y la arquitectura de su edificio inspirada en los Mayas.
Cuando en 1898 Nicola Catena llegó a Mendoza desde Italia, con sólo 18 años se embarcó en una gran aventura. En 1902 plantó una viña en tierras donde parecía imposible producir, de altura extrema al pie de los Andes. Y no sólo eso, eligió la variedad Malbec que hasta el momento solo se usaba como uva de corte en Burdeos. Su intuición fue certera: un siglo más tarde se convertiría en la cepa insignia de Argentina.
Domingo, el hijo mayor de Nicola, heredó el empuje emprendedor y condujo la bodega familiar a un segundo nivel. Llamado “el Maestro de los Blends” se convirtió en uno de los viticultores más prósperos de Mendoza.
Líder de la tercera generación de la familia, Nicolás Catena fue quien vislumbró que Mendoza tenía el potencial para elaborar vinos de clase mundial. Para lograrlo, modernizó la industria, desde la selección y gestión de viñedos hasta la tecnología usada en la elaboración del vino.
En la actualidad la Directora General y Fundadora del Catena Institute of Wine es Laura Catena, quien heredó de su papá Nicolás la visión de animarse a cruzar las fronteras. Doctora en Medicina y escritora, instaló el concepto de “terroir” en Argentina.
Toda esta historia hace que hoy Catena Zapata desempeñe un papel fundamental en el posicionamiento del país como uno de los destinos vitivinícolas más destacados del mundo. Inspiración Maya
Ubicada en Agrelo, la bodega sobresale con su forma de pirámide. El diseño, que toma elementos de la arquitectura Maya, fue ideado por Nicolás Catena y busca simbolizar el poder de Argentina en la industria del vino mundial.
Inaugurado en abril de 2001, el edificio estuvo a cargo del arquitecto Pablo Sanchez Elía. Fue construido con materiales autóctonos como piedras, mármol y madera.
El elemento creativo lo da una claraboya central de vidrio por donde entra la luz del sol que se va haciendo más tenue hasta llegar a la oscuridad del subsuelo. Ahí se encuentran dos salas: la de guarda -con multitud de barricas- y la de cata.
Experiencias premium
Catena Zapata ofrece una gama de experiencias que permiten a los visitantes explorar su patrimonio vitivinícola. Una de las propuestas más destacadas es “The Blending Games”, que invita a convertirse en enólogo por un día y crear un vino propio con distintas variedades.
Con la alternativa “Wine & Music” se abre la posibilidad de catar cinco botellas maridadas con delicatessen y música ecléctica.
Quienes quieran sumergirse en la trayectoria de Catena Zapata deben optar por la experiencia “La Familia es Todo”. Después de un recorrido por la bodega, se cuenta la historia centenaria de los Catena a través de cinco etiquetas únicas.
Como broche, se puede reservar una mesa en el restaurante Angélica, que está dentro de la bodega, donde se rinde homenaje a los vinos mendocinos y a la cocina andina.