La vida moderna y la revolución urbana
Cada generación ha redefinido los espacios en los que quiere vivir debido a las circunstancias cambiantes de su vida. Durante la revolución industrial, la arquitectura moderna y la planificación urbana surgieron de la necesidad de proporcionar un nuevo espacio para albergar a la creciente sociedad urbana y atender su vida, trabajo y recreación.
La salud y el bienestar eran algunas de las prioridades a abordar en muchos de los edificios existentes, ya que la mayoría de las personas vivían en entornos perjudiciales para ellos y que carecían de luz, ventilación, agua potable, electricidad e higiene apropiados. La gente se estaba cansando de las condiciones miserables en las que vivían, por lo que exigieron un cambio radical. El malestar se aplacó proporcionando a la sociedad una mejor arquitectura en la construcción de ciudades donde pudieran vivir y trabajar.
El Movimiento Moderno
La industria fue el motor de la evolución de la economía y de las ciudades. Los nuevos métodos de producción y fabricación también cambiaron el gusto de las personas hacia objetos más sencillos y sin decoración. La escuela Bauhaus y muchos otros laboratorios auténticos de la modernidad transformaron varias industrias, artes y oficios como la textil, la cerámica, el metal, la pintura, el teatro, el cine, la fotografía, el diseño de muebles, la edificación y otras. La modernidad, en su mejor momento, llevó el espíritu del clasicismo, pero lo manifestó de nuevas maneras, en armonía con los nuevos tiempos. Los espacios abstractos dominaron heroicamente en los edificios y las ciudades. Rompieron con la norma establecida y crearon nueva realidad y formas de vivir.
La notable transformación durante la primera mitad del siglo XX se denominó Movimiento Moderno porque inspiró a toda una generación a crear un nuevo arte, arquitectura, ciudades y maneras de relacionarse con en el mundo. Algunos de sus protagonistas fueron los arquitectos Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Mies van der Rohe, Alvar Aalto, Walter Gropius, Louis Kahn, Oscar Nyemeyer y muchos otros que alcanzaron el estatus de celebridades internacionales. Viajaron, diseñaron, construyeron y dieron conferencias por todo el mundo. Fueron considerados como los profetas de la arquitectura moderna y su trabajo y sus palabras influyeron a sus contemporáneos y muchas de las generaciones futuras.
Le Corbusier y las ciudades modernas
El arquitecto suizo-francés Le Corbusier se mudó a París en 1917 y vivió allí el resto de su vida. Desarrolló muchos proyectos para la ciudad que fue objeto de su experimentación. Lo más importante es que, como ningún otro arquitecto moderno, creó una visión para el futuro de las ciudades y pudo construirla más tarde en la India. Su objetivo era crear los prototipos y sentar las bases de la arquitectura y urbanismo de los nuevos tiempos que vivía. Su primer proyecto urbano fue la Ciudad Contemporánea para 3 millones de Personas del 1922, donde concebía una ciudad totalmente nueva con torres de oficinas, viviendas y grandes parques urbanos. Más tarde, diseñó el Plan Voisin para París en 1925 que tampoco fue realizado. Su visión siguió evolucionando con el tiempo con cada oportunidad de proponer un nuevo proyecto para París o cualquiera de los otros lugares que visitó o trabajó como Buenos Aires, Sao Paolo, Río de Janeiro, Bogotá, Argel, Nueva York y otros.
Le Corbusier publicó a su libro “Precisiones sobre el estado actual de la arquitectura y el urbanismo” en 1930 basado en una serie de conferencias que dio en Buenos Aires. El libro es un testimonio del impacto que tuvo en Le Corbusier la visita a Argentina. Allí, fue testigo de la belleza deslumbrante y el enorme potencial para grandes obras que tenía la ciudad. Su famoso boceto de los cinco rascacielos sobre el agua y el plano de la ciudad inspiraron algunos de los proyectos que definieron el desarrollo urbano posterior de Buenos Aires.
El gran arquitecto continuó evolucionando su visión de la ciudad moderna con el proyecto y libro denominados Ville Radieuse (La Ciudad Radiante) del 1933, donde presentó de manera completa sus teorías y lineamientos sobre urbanismo. Todo en la ciudad tuvo que ser diseñado en base a la escala y proporciones humanas que él llamó más tarde El Modulor. Según su plan, las áreas de vivienda estaban cerca del centro de la ciudad y ocupaban los mejores terrenos. Los edificios residenciales son altos y elevados sobre pilotes y están rodeados de áreas verdes y sitios recreativos. Están separados de la industria por grandes parques e instalaciones deportivas. Los edificios públicos están en el centro culminando con el distrito comercial en la parte superior. El gobierno a un lado y las universidades al otro. Más tarde en 1937, Le Corbusier utilizó las ideas de la Cuidad Radiante como base para el diseño de la exposición del Pabellón de los Nuevos Tiempos (Palacio del Urbanismo) en la Exposición Universal en París.
Le Corbusier finalmente construyó su concepto de ciudad moderna en Chandigarh, la capital de Punjab, durante la década de 1950. Esta fue la primera vez que se pudo construir una ciudad verdaderamente moderna desde cero. A pesar de ser un arquitecto extranjero, su proyecto en Chandigarh fue una de las ciudades más “indias” y habitables jamás construidas. Se inspiró en la cultura y la tradición locales y las tradujo a la modernidad.
La visión de Le Corbusier para el nuevo mundo fue profunda. Él imaginó y diseño una transformación total de nuestro entorno de vida. Sus proyectos y teorías fueron muy influyentes y inspiraron a muchas generaciones. Aunque si lo criticaron como demasiado radical, la arquitectura de mediados del siglo XX estuvo ampliamente dominada por su discurso.
CIAM y Urbanismo:
El grupo CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna), formado en 1928, tuvo un papel importante en el desarrollo de las ciudades modernas. Muchos de sus miembros vieron la arquitectura y el urbanismo como las herramientas que, combinadas con la política y la economía, podían producir un cambio social enorme que se necesitaba. Algunos de sus líderes fueron Le Corbusier, Siegfried Giedion, Walter Gropius, Alvar Aalto, Cornelius Von Eesteren, Jose Lluis Sert y otros. Ellos crearon de nuevas teorías, pautas, ejemplos para la arquitectura y las ciudades, que luego se volvieron muy influyentes.
CIAM celebró su cuarto y más famoso congreso llamada “La Ciudad Funcional” en 1933 en un barco que viajaba de Marsella a Atenas y atrás. Los delegados presentaron estudios de 33 ciudades sobre 4 temas: vivienda, trabajo, recreación y circulación, que se exhibieron en Atenas. En 1943, Le Corbusier publicó el libro Carta de Atenas, como su versión editada de la investigación original del congreso.
Las teorías de CIAM influyeron en la expansión de muchas ciudades y la creación de nuevos hábitats después de la Segunda Guerra Mundial. Según ellos, las ciudades debían dividirse estrictamente en áreas según su función: residencial, cultural, administrativa, gubernamental, universidades, industria pesada y liviana, y transporte. Todas las viviendas, ubicadas en su mayoría en edificios de gran altura, requerían exposición solar adecuada, acceso a la naturaleza, ventilación, comodidad e higiene. Tenían que estar protegidos de las carreteras principales y las zonas industriales con parques e instalaciones deportivas. Las áreas residenciales estaban separadas, pero convenientemente conectadas con las áreas de trabajo. Las calles debían seguir una jerarquía específica según el tipo de transporte y la velocidad para la que estaban destinadas.
Las teorías CIAM fueron debatidas ampliamente tanto en la academia como en la profesión. El urbanismo entró en las escuelas de arquitectura y se institucionalizó oficialmente cuando Josep Lluis Sert, amigo y colaborador de Le Corbusier, fundó el primer programa de urbanismo en la Universidad de Harvard GSD en la década de 1950, combinando arquitectura, planeamiento, paisaje y diseño urbano. Publicó el libro “¿Podrán sobrevivir nuestras ciudades?” en 1942, basado en las observaciones del congreso CIAM en Atenas. Muchos otros proyectos, libros y debates siguieron a favor y en contra de estas ideas.
Los retos de las ciudades modernas
Las ideas del Movimiento Moderno se aplicaron mayoritariamente en Europa y América después de la Segunda Guerra Mundial cuando se construyeron nuevas infraestructuras, viviendas, oficinas y espacios públicos. La Guerra Fría desató una competencia entre el este y el oeste. Los gobiernos eran más poderosos y dictaban la dirección de la evolución de la sociedad. La nueva economía requería una gran fuerza laboral, por lo que gran parte de la población emigró del campo a las ciudades. Los suburbios en expansión con enormes bloques de viviendas fueron la forma más fácil de responder a esa necesidad. Sin embargo, la separación de las ciudades en áreas funcionales produjo aislamiento y segregación. Algunos de los ciudadanos para los que se hicieron los planes los rechazaron. CIAM también se disolvió en 1959 cuando las opiniones de sus miembros divergieron.
La planificación de la post guerra estaba, como antes, determinada por las industrias: fabricación de automóviles, petróleo, bienes raíces, construcción, bancos, seguros. Muchas personas, empresas e industrias enteras con grandes intereses e influencia se involucraron en el proceso de diseño, desarrollo y construcción. Esto fue raramente por el mejor interés de la sociedad, ya que resultó en algunas ciudades que fueron en partes aburridas e inhumanas. Sin embargo, esta era la única opción para muchas personas y no tenían otras opciones que a vivir allí.
Uno de los principales problemas de las ciudades modernas es que están diseñadas para automóviles en áreas definidas por su función. Los planificadores urbanos pensaron que la gente caminaría menos y conduciría más. Desafortunadamente, muchas ciudades de mediados del siglo XX se diseñaron con este propósito, por lo que se encontraron con problemas como el tráfico, la contaminación y la gentrificación. La escasez de recursos y el crecimiento de la población hacen que las ciudades densas y compactas estén más preparadas para sus desafíos cambiantes.
Cuando la arquitectura moderna y el urbanismo se difundieron por todo el mundo, se tradujeron mal. El “Estilo Internacional” tomó las formas, pero no tanto de su proceso mental y menos el alma de la modernidad. Los edificios y las ciudades tenían el mismo aspecto independientemente de la cultura, el clima, los materiales y la artesanía locales. El carácter de los lugares, la identidad y la historia fueron ignorados y borrados. La individualidad fue suprimida. El Movimiento Moderno comenzó como una proliferación de creatividad, un nuevo comienzo y, en cambio, en su forma diluida se volvió uniforme y aburrido.
De lo posmoderno a lo nuevo moderno
A finales de los años 60, el modernismo fue declarado muerto y el posmodernismo volvió a la vida. Buscó un nuevo significado e inspiración como una reacción natural a la modernidad, que había perdido su impulso. El regreso posmoderno a los estilos históricos del pasado creó algunos desastres arquitectónicos, pero también desató una nueva creatividad y oportunidades para autoexpresión individual. Provocó una mirada mueva a la realidad y una reflexión sobre cómo avanzar con la arquitectura.
El ensayo “Hacia un Regionalismo Crítico: Seis Puntos para una Arquitectura de Resistencia”, del Prof. Kenneth Frampton de 1983 trazó algunas de sus pautas para la arquitectura y las ciudades. Llamó a repensar nuestros edificios, ciudades y condición humana en relación con el contexto local, la geografía, el clima, la cultura, la tectónica, los materiales y la tactilidad. Fue un regreso a los principios básicos de la modernidad, basándolos en la localidad, y mostró un camino a seguir. Sus escritos y teorías han influenciado las nuevas generaciones de arquitectos y han creado un puente entre la revolución arquitectónica del movimiento moderno y el nuevo modernismo maduro, que se adoptó globalmente.
Las Ciudades y Arquitecturas Contemporáneas
La década de 1980 desató un período de creatividad con los enfoques opuestos de la arquitectura del deconstructivismo y el minimalismo. La arquitectura conceptual también entró en el campo, quizás inspirada por el arte formal y conceptual o la búsqueda posmoderna de significado e identidad.
El uso común de computadoras y técnicas digitales para el diseño y la fabricación permitió diseñar y construir arquitectura con una geometría más compleja. Espectaculares edificios de geometría compleja entretuvieron a los visitantes y propietarios en busca de espectáculos.
El siglo XXI continuó con la explosión de diversidad y creatividad urbanas. No hay más reglas – el campo está abierto. La Civilización de las Maquinas (como Le Corbusier la llamaba) ha dado paso a nuestra Civilización Digital, donde nuestras vidas y nuestro trabajo han cambiado en casi todos los aspectos. Proliferan las nuevas tecnologías para diseñar, construir y gestionar nuestras ciudades, así como nuevos conceptos como las ciudades inteligentes, que muchos esperan que sean la solución a algunos de nuestros problemas y nos ayuden a vivir mejor.
Las redes sociales también trajeron el fenómeno de los edificios como escenografía. Muchos de ellos estaban destinados a ser fotografiados y filmados más que habitados. La experiencia directa de un espacio se volvió menos importante que las vistas y la imagen, y se perdieron las nociones de concepto, ideas, transformación. Los edificios daban la impresión de algo en lugar de ser lo realmente.
En el otro extremo del espectro en la arquitectura contemporánea está el diseño social. Fue una oleada de proyectos enfocados en la comunidad, cuyo objetivo principal es crear un cambio social masivo. Más que celebrar a los arquitectos estrella, lo que se valora es el impacto social real de los proyectos.
Un camino a seguir
Las actuales crisis climática, energética, económica y social que vive la humanidad exigen una solución más sobria y práctica a estos problemas que se refleja en el entorno construido. Hacia donde nos dirigimos ahora debería ser lo opuesto al diseño formal “impresionante” solo por las apariencias, sino más bien un regreso a la misión fundamental de la arquitectura y el urbanismo como el arte de crear espacios para el bienestar, la felicidad, la alegría y la vida consciente – todo esto mientras los hace mas bellos y evoca sentimientos humanos positivos.
El papel de los arquitectos y urbanistas es responder a los desafíos de su tiempo, pero también anticipar los del futuro. Tenemos que avanzar adelante mirando hacia atrás y honrando lo que las generaciones anteriores nos han dejado como conocimientos, habilidades y herencia. Sin embargo, necesitamos una nueva mentalidad y conciencia. Necesitamos claridad y recuperar nuestro sentido de propósito para guiarnos a través de estos tiempos complejos y desafiantes en la redefinición del papel de la arquitectura en la creación de la próxima generación del diseño sostenible para nuestra civilización.