Creada en 1911 por Torcuato Di Tella, la empresa argentina Siam comenzó haciendo pan, luego desarrolló los primeros surtidores de nafta del país para más tarde expandirse a la fabricación de electrodomésticos, motos y autos. Nacimiento, ocaso y resurgimiento de una empresa icónica de la industria nacional.


Por Duilio Fonda
Nacido en Capracotta, región de Molise, Italia en 1892, Torcuato Di Tella llegó a la Argentina a la edad de 13 años y se afincó en Buenos Aires. Como muchos inmigrantes, trajo consigo ya desde muy corta edad una serie de conocimientos industriales de la más variada gama, producto de una gran curiosidad y la capacidad imaginativa para aplicarlos en distintas áreas.
Cuando en 1910 una ordenanza porteña prohibió el amasado a mano del pan en respuesta a los reiterados conflictos sindicales del sector, Di Tella vislumbró una oportunidad. Al año siguiente, se asoció a otros dos inmigrantes italianos, Alfredo y Guido Alegrucci, y desde un pequeño taller en la calle La Rioja se dedicaron a producir un prototipo de máquina amasadora superior a las importadas. La patentaron bajo la marca SIAM (Sociedad Industrial de Amasadoras Mecánicas y posteriormente Sociedad Industrial Americana de Maquinarias). El éxito de ventas fue rotundo.
Paralelamente, Di Tella se abocó a estudiar en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo el título de ingeniero en 1921.
En un determinado momento, los Allegrucci abandonaron la firma Siam. Fue entonces cuando Don Torcuato quedó al mando total de la creciente empresa. En aquel entonces, ya demostraba ser un pionero que quería transformar a la Argentina rural en una nación industrializada y moderna, con la fabricación de distintos tipos de maquinarias e introduciendo conceptos novedosos como la producción en serie y la organización científica del trabajo.
Expansión
En 1922 un nuevo fenómeno de gran perspectiva para el desarrollo industrial argentino reafirmó las convicciones de Di Tella, quien comenzó a proveer de surtidores de combustible a las estaciones de servicio YPF dispuestas en todo el país. También creó bombas de extracción de petróleo y se ocupó del armado de oleoductos.
La Siam se expandió a tal punto que en 1928 Di Tella decidió unificar toda la producción dispersa en varios talleres en una gran fábrica metalmecánica en Avellaneda. Logró que en una Argentina agroexportadora donde cualquier producto industrial se importaba, prosperara una empresa de tecnología relativamente avanzada para su época.
Con la crisis del 29 y posteriormente el golpe de estado del 30, la compañía redireccionó su producción. Si bien no dejó de fabricar insumos para la industria pesada, incursionó en otras áreas relacionadas con el consumo masivo, especialmente electrodomésticos.
En 1935 lanzó al mercado uno de los mayores íconos de la empresa: su heladera familiar Siam. Un bien de confort y de alto rendimiento técnico que se tornó fundamental en las viviendas argentinas, especialmente entre las capas medias de una sociedad cada vez más numerosa. También presentó lavarropas, ventiladores y planchas, entre otros productos para el hogar.
Trece años después del nacimiento de la emblemática heladera, la firma empezó a fabricar las primeras bombas de motor sumergido y caños de acero soldados por resistencia eléctrica. Para aquel entonces Siam era el grupo industrial más importante de América Latina.
De manera prematura, en 1948 Torcuato Di Tella falleció a los 56 años. Dejó un gran vacío en la dirección de un emporio de enormes dimensiones que marcó un hito en el proceso de modernización argentina.



Herederos
Para cumplir el deseo de su padre, sus dos hijos Torcuato y Guido, estudiaron ingeniería. Una vez recibidos, se hicieron cargo de la empresa. La refundaron como Siam Di Tella en honor a su padre. Por aquel entonces (entre 1948 y 1955), el contexto económico nacional seguía siendo favorable para la compañía. Fue así que Siam concretó un acuerdo con la firma italiana Lambretta para fabricar motos a las que decidieron llamar Siambretta.
Paralelamente con la producción de una muy variada gama de electrodomésticos y aprovechando la nacionalización de los ferrocarriles británicos (1948), Siam presentó un proyecto para la fabricación de locomotoras diesel-eléctricas, en colaboración con distintas empresas italianas, objetivo que quedó trunco a partir del golpe militar de 1955 que derrocó al presidente Juan Domingo Perón.
En 1959 la integración de Siam Di Tella al Régimen de Producción Automotriz promovido por el gobierno de Arturo Frondizi le permitió a la empresa producir bajo licencia modelos de la British Motors Corporation. Se trató de una combinación entre el Riley 4 y el Austin Cambridge, vehículos de fabricación británica con una carrocería especialmente diseñada por Pininfarina, la famosa firma italiana.
Los automóviles Siam Di Tella fueron muy bien recibidos por el mercado interno. Sin embargo, cada cambio que imponían los requerimientos nacionales demandó una gran inversión de capital y eso redujo drásticamente los niveles de producción.
Como consecuencia de la necesidad de actualizar sus modelos, Siam Di Tella se asoció a IKA (Industrias Kaiser Argentina) y le cedió el 65% de su paquete accionario. A pesar de este acuerdo y de los esfuerzos y cambios realizados, la división automotriz de la empresa debió cerrar definitivamente.
Siam Di Tella continuó en el mercado nacional e internacional y en 1969 presentó las primeras heladeras con humidificación controlada, así como también cañerías para
gasoductos y generadores y transformadores de gran potencia.
Desaparición y resurgimiento
La década del 70 marcó una de las épocas de más conflictividad político-social del país. Los destinos de la empresa pasaron a ser inciertos hasta su estatización en 1972. Si bien hasta 1975 y bajo dirección del Estado siguió produciendo las heladeras de absorción a gas y eléctricas, transformadores de gran potencia y caños para gasoductos, las políticas económicas del ministro Martínez de Hoz (1976), tendientes a favorecer las importaciones frente a la producción nacional, provocaron la caída y posterior puesta en venta de la empresa por parte del Estado.
Siam es vendida en 1986 a tres grupos empresariales: Techint compró la planta de Tubos SIAT, Pérez Companc adquirió la fábrica de San Justo y Aurora Grundig se llevó la parte más importante que incluía las instalaciones de Avellaneda y de Tierra del Fuego.
Recién en 2014 la marca Siam volvió a los mercados locales. El Grupo Newsan relanzó la firma con heladeras y electrodomésticos línea blanca. Sus comerciales tuvieron un lema bien directo: “Abrite a la nueva historia”.
Desde hace un año, sumó una nueva unidad de negocios: las motos. Su vehículo más exitoso fue la Siam N4, el primer scooter eléctrico fabricado por la empresa, que hoy está entre los más vendidos del segmento y que simboliza la mirada hacia el futuro de la renovada firma.
