Gerardo Azcuy conversó con Álvaro Resta, secretario de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires.
Álvaro García Resta es arquitecto. Actualmente es Secretario de Desarrollo Urbano en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y dirige el Posgrado Diseño Urbano Antropológico en la UBA. Según cuenta, en su trabajo se juntan dos vocaciones: la arquitectura como un instrumento para mejorar la vida de la gente, y por otro lado la política o el sector público como el lugar en el cual es posible impactar sobre millones de personas.
Tu trabajo tiene mucho de eso, de entender las necesidades de varios sectores. ¿Cómo convive todo?
Sí, el desarrollo urbano en particular tiene otros desafíos, porque no necesariamente el que vive en un barrio tiene la misma alineación que el que va a un barrio a desarrollar; y no conoce en detalle sus problemas.
Por eso, el caso tuyo o del Estudio es un caso singular donde la vocación está puesta en comprender el sitio y actuar en función del sitio. Entonces para nosotros es muy grato cuando ya el sector privado toma la decisión de involucrarse con la comunidad, de aportar, de no entrar de manera disruptiva en un barrio sino desde adentro, siendo parte, haciéndolos parte. Que es la manera en la que nosotros creemos que se hace ciudad, como la hacemos cuando hacemos proyectos públicos.
¿Creés que el planeamiento urbano se dirige a ese lugar, en el futuro?
Creo que las ciudades necesitan ser pensadas en conjunto. El viejo paradigma del urbanismo de algunos urbanistas pensando la ciudad a 5 mil metros de altura, en una mesa grande, con marcadores gordos y que después la gente se adapte a eso está totalmente obsoleta. Y sí hay una nueva mirada del urbanismo. Nosotros lo encarnamos en la Dirección General de Antropología Urbana, que la creamos en 2016. Allí hay antropólogos, sociólogos, delimitando el programa de necesidades, cocreando con los vecinos el programa. Por ejemplo, un caso muy bueno es el Parque de la Estación, en Perón y Gallo, donde los vecinos reclamaban un parque y la ciudad tenía la necesidad de hacer un parque también. Pero no tiene por qué ser un parque como lo era hace 30 años. Ante la pregunta: cómo va a ser un parque dentro de 30 años, la verdad es que nadie lo sabe pero sí, creo que hay una pista en la que, preguntando y hablando con la gente, vas a tener una buena manera de abordarlo porque futurología… es imposible.
¿Creés que existen tendencias en el mundo?
Hay tendencias, sí, claro. Hay un montón de tendencias que hacen que la densidad, administrada de manera sana sea un desafío. Ya no está tanto en debate la densidad sí o no, sino el desafío es cómo dotar a la ciudad de una densidad más sana.
Si mirás hacia atrás, ¿en qué les falta avanzar?
Hace 10 años, cuando tomé la decisión de entrar en lo público, lo que quería cambiar, aportar, transformar era el espacio público y pasé por proyectos como Plaza Houssay, el Parque de la Estación, el convenio urbanístico de Irsa que recupera 50 hectáreas verdes sobre el Río de la Plata, el Tiro Federal, Costa Salguero, el Parque de la Innovación, miles de proyectos en no mucho tiempo… Pero si me preguntás hacia adelante, te digo: el tema de la vivienda es un tema que creo que como profesional y como sector público, académico, tercer sector, es un problema sigue estando.
¿Qué ideas tienen para encarar esta problemática?
La demanda es infinita. No hay una sola manera de resolverlo. Hagamos un ejercicio matemático por un momento. Del cien por ciento del universo del problema de acceso a la vivienda, hay un porcentaje que se puede resolver con una macro más o menos acomodada y una buena ley de Alquiler. Hoy, producto de una mala ley de Alquiler y de un mercado con inflación y del descalce entre el salario y la posibilidad de alquilar, el activo en dólares es mucho más valioso que el riesgo de alquilar, por lo que te deja. Entonces mucha gente saca la vivienda de alquiler y, como hay poca oferta, los precios suben.
Hay una parte del stock que lo resuelve el alquiler, con una macro ordenada, bajar la inflación y que sea conveniente poner la vivienda en alquiler. ¿Hace falta diseñar un sistema de incentivos? Y, probablemente sí. Yo soy más partidario de incentivar a que, si vos tenés dos viviendas, la segunda -si la ponés en alquiler- no te cobren impuestos y no a cobrar impuestos por tener dos casas. Creo que es un sistema de incentivo, no un punitorio. Un círculo virtuoso.
La otra parte te la puede resolver el crédito. Y hay un músculo grande que es el del Estado, que tiene que pensar en construir viviendas de manera eficiente y no insularizada, en cualquier lugar que después nos obliga a hacer más infraestructura, a construir ciudad alrededor de algo que quedó totalmente desconectado. Yo creo que ahí se abre un mundo de mecanismos posibles y que ayer, justamente, hablando con el Secretario Secretario de Desarrollo Territorial, Luciano Scatolini, en Expo Real Estate, coincidimos en la necesidad de hacer un ejercicio creativo para resolver problemas que hoy todavía no tuvieron solución. Nos preguntamos ¿qué podemos hacer?
Lo lindo es que vivimos del proyecto, de pensar hacia adelante, ¿no? Optimismo por naturaleza.