Un encuentro de viejos amigos: el arquitecto Gustavo Porta y Juan Zapater, responsable de la Fundación Bilbao Arte conversan acerca del arte como agente de cambio.
Periodista y crítico de cine, Juan Zapater pasó 12 años al mando de la Fundación Bilbao Arte hasta 2022, cuando decidió dar un paso al costado. Durante su gestión, la Fundación fue un motor no sólo del arte contemporáneo bilbaíno sino de la reconstrucción de una sociedad y una ciudad que se proyectó al futuro.
Juan y Gustavo Porta se conocieron cuando Gustavo mandó un mail, él le respondió, lo invitó a visitar las instalaciones. “Cuando yo estuve allá me sentí agasajado, una idea de pertenencia de un lugar en el que sos visto. Fui con una pregunta y me encontré con muchas respuestas. Le encontré sentido a eso, y volví con la idea de armar una Fundación”, explica Gustavo. Lo hizo, creó la Fundación Sudestada, y ese vínculo permaneció en el tiempo como una semilla. Años después de ese encuentro enriquecedor, reflejamos una charla entre ambos para entender el poder del arte como motor para la transformación social y urbana que proyectó una Bilbao pujante.
¿Cómo fue el momento en el que surgió la idea del Museo Guggenheim de Bilbao?
Es una apuesta política muy arriesgada, cuando surge la de instalar un museo internacional de arte como es el Guggenheim en Bilbao. Ahora que ya se ha celebrado el 25 aniversario nadie discute el peso que ha tenido para nuestra realidad pero hay que acordar que en su gestación era una apuesta altamente arriesgada.
¿Cuáles eran los riesgos?
El arte contemporáneo que funciona a nivel internacional está ligado a los centros en los que la población flotante es muy grande, donde hay mucho turismo. Esto en el Bilbao de los 80 era una quimera, aquí no había turismo. Bilbao era una ciudad de cielos oscuros, con una ría negra, con una contaminación realmente peligrosa y con una estructura muy deshecha.
Eso unido al deterioro de los años 50 a los 80, la situación era casi apocalíptica.
Sin embargo, en la actualidad reciben una cantidad de visitas muy superior a otros espacios, ¿cierto?
Está pasando una cosa; y es que incluso ahora con la ola de calor y el calentamiento global resulta que el País Vasco y toda la cornisa del Cantábrico, Santander, Asturias pero el País Vasco en concreto se ha convertido en un espacio de atracción turística de gran orden. Sobre todo para visitantes del interior. En este momento se ha convertido en un espacio deseado por los andaluces, los sevillanos, cordobeses. Ese es un fenómeno que se suma a las buenas cifras que tiene el museo ahora. También debido a ciertas políticas del museo como ahora, que hay una muestra de corte muy popular. Es una parte de la colección de Foster, que es el responsable del metro de Bilbao. La exposición muestra la historia del automóvil a través de una serie de prototipos. Y el resultado de esa exposición, que en el terreno de las artes plásticas encuentro difícil de encajar, es verdad que retoma el planteamiento de Duchamp, quien decía que el arte está más en el ojo del que mira que en el objeto que se muestra. Los coches han servido para acercar a la sociedad al arte contemporáneo.