Creada en la maison Hermès en 1986, este accesorio sigue siendo una pieza codiciada en el mundo de la moda.
La cartera que jamás pasa de moda. Esa es la mejor definición que puede hacerse de la Birkin de Hermès, creada en 1986. Pero además cuenta con muchas otras características que la vuelven única. Es símbolo de estatus, refinamiento, exclusividad y favorita de las celebridades.
La historia de su origen es muy curiosa. El diseño surgió de una conversación durante un evento entre la cantante y actriz parisina Jane Birkin y Jean-Louis Dumas, quien en ese momento era director general de Hermès. Estaban sentados al lado y a ella se le caen las cosas del bolso. “Deberías tener uno con bolsillos”, le comenta él. Entonces, Birkin le retruca. “¿Por qué no creas una bolsa más grande que la Kelly, pero más pequeña que la maleta de Serge?”. A lo que Dumas responde: “Bueno, te la haré”.
Así nació la icónica cartera. Lujosa pero discreta, se distingue por un cuerpo semi estructurado, dos asas enrolladas y un cierre con llave giratoria que puede asegurarse con el candado que trae incorporado. En la actualidad, el Birkin bag está disponible en cuatro tamaños: 25, 30, 35 y 40 centímetros. Si bien el diseño sigue intacto, cada temporada la maison la renueva con materiales y colores demostrando lo inagotable de su estilo.
Parte del encanto de la Birkin también se desprende de lo difícil que resulta comprar una. Se realizan muy pocas por año. La escasez tiene mucho que ver con que cada bolso tarda entre 18 y 25 horas en crearse. Y la tarea queda en manos de maestros artesanos que tienen que someterse a una larga formación antes de empezar a trabajar en el taller de marroquinería de Hermès. Además, la mayor parte de la Birkin se cose a mano.
Los detalles sobre cómo comprar una directamente en las boutiques de Hermès siguen siendo un secreto muy bien guardado. Lo que se sabe es que las listas de espera tienen demoras que van desde varios meses hasta años.