Arte tradicional e innovación se fusionan en el museo diseñado por Kazuyo Sejima, que no sólo exhibe la icónica obra del japonés Katsushika Hokusai sino que también impresiona con su arquitectura moderna y elegante.
Ubicado en el barrio Sumida de Tokio, el Museo Sumida Hokusai es un testimonio del enfoque arquitectónico innovador y minimalista de Kazuyo Sejima & Associates, el renombrado estudio de arquitectura japonés fundado por Kazuyo Sejima en 1987.
El museo, inaugurado en noviembre de 2016, está dedicado a la vida y obra del célebre artista del ukiyo-e (grabado en madera) Katsushika Hokusai y alberga más de 2.200 de sus obras de arte. Ofrece un espacio contemporáneo que se combina armoniosamente con su entorno urbano al tiempo que rinde homenaje al rico patrimonio cultural de la zona.
Concepto y diseño arquitectónico
La filosofía de diseño de Kazuyo Sejima es evidente en la elegancia y discreción del Museo Sumida Hokusai. El edificio ocupa un área de aproximadamente 700 ㎡, su forma se caracteriza por tener líneas limpias y precisión geométrica, un sello distintivo del lenguaje arquitectónico del estudio japonés.
El exterior está revestido con paneles de aluminio que reflejan las cambiantes condiciones climáticas y de luz, creando una fachada dinámica y en constante evolución. Ofrecen un efecto de espejo mágico. Esta elección es un ejemplo sorprendente de cómo la arquitectura contemporánea puede integrarse perfectamente con su entorno sin dejar de ser una declaración audaz.
La elección de sumar esta superficie reflectante tiene múltiples propósitos. En primer lugar, le da gran atractivo estético y hace que se funda con el horizonte de Tokio. Refleja el paisaje urbano histórico y contemporáneo, simbolizando el puente entre la época de Hokusai y la actualidad. En segundo lugar, responde al entorno cambiante, modificando la apariencia del edificio a lo largo del día y en las diferentes estaciones.
El exterior del Museo Sumida Hokusai es un ejemplo sorprendente de cómo la arquitectura contemporánea puede integrarse perfecto con su entorno sin dejar de ser una declaración audaz.
La estructura del museo se compone de varios volúmenes entrelazados que crean una sensación de profundidad y movimiento. Esta elección de diseño proporciona un flujo fluido e intuitivo para los visitantes. La interacción de espacios sólidos y vacíos dentro del edificio está meticulosamente diseñada para evocar curiosidad e interés, invitando a los visitantes a explorar las diversas galerías y muestras dedicadas a la vida y obra de Hokusai. Además, los cortes triangulares en la fachada crean espacios interiores que permiten al museo mirarse a sí mismo. Esto inspira una experiencia muy introspectiva y una contemplación del arte mientras se camina por el interior del museo. A la vez, despierta la curiosidad entre la gente que pasa por la calle y puede vislumbrar el interior desde afuera.
El museo está estratégicamente situado en el distrito de Ryogoku, un área rica en historia e importancia cultural. Esta ubicación no es incidental; fue elegida cuidadosamente para honrar las profundas conexiones de Hokusai con la zona. Los arquitectos de Kazuyo Sejima han creado un edificio que no sólo alberga arte sino que también se convierte en parte de la narrativa de la localidad.
Los caminos sinuosos en la planta baja sugieren cómo era la experiencia de trasladarse en la ciudad antes de la adopción de la red urbana rectangular en Tokio. El diseño fomenta el compromiso con el vecindario circundante, invitando a los visitantes a explorar tanto el museo como el distrito histórico de Sumida.
La experiencia del visitante
El interior del Museo Sumida Hokusai está diseñado para ofrecer una atmósfera serena y contemplativa, propicia para apreciar los intrincados detalles de las obras maestras de Hokusai. Se despliega sobre una superficie total de 3.279 ㎡ distribuida en 4 plantas de 21,9 m de altura y una bajo tierra.
El uso de la luz natural es un aspecto importante del diseño de Kazuyo Sejima, con ventanas, mallas y tragaluces estratégicamente ubicados que iluminan los espacios sin causar deslumbramientos ni distracciones. La estética minimalista continúa en el interior, con paredes blancas, suelos de madera clara y muebles sencillos pero elegantes que no compiten con las obras de arte expuestas.
El atrio central con su imponente escalera sirve como corazón del museo. Conecta los distintos niveles y ofrece un espacio para la interacción social y la contemplación. Esta zona abierta está marcada por una serie de escaleras y rampas que realzan la sensación de verticalidad y movimiento dentro del edificio.
Las principales salas, como la de exposición permanente Aurora, están diseñadas para mostrar la vida y las pinturas icónicas y grabados en madera de Hokusai, incorporando pantallas interactivas y proyecciones digitales para experiencias inmersivas. Estos espacios se caracterizan por su amplitud y el cuidadoso control de la iluminación que garantiza que las delicadas obras de arte estén protegidas de daños y, al mismo tiempo, bellamente expuestas.
Las paredes están adornadas con obras famosas de Hokusai, incluida la célebre “La gran ola de Kanagawa” y otras obras de la serie “Treinta y seis vistas del monte Fuji”. La disposición de las obras de arte permite a los visitantes apreciar la evolución del estilo y la técnica de Hokusai a lo largo de su larga y prolífica vida.
Además de las galerías para las exposiciones principales, el museo cuenta con otras salas más pequeñas dedicadas a muestras especiales. Estos espacios están diseñados para ser flexibles, lo que permite una variedad de exhibiciones e instalaciones. A menudo se centran en temas o períodos específicos de la vida de Hokusai, lo que proporciona una comprensión más profunda de su trabajo. Estos espacios también incorporan elementos multimedia, como pantallas interactivas y proyecciones digitales, para mejorar la experiencia del visitante y brindar una comprensión más inmersiva del arte de Hokusai.
El museo no es sólo un lugar para ver arte; también es un centro de educación y participación. Incluye varios espacios interactivos y educativos, como la sala Marugen100 para conferencias, diseñados para enriquecer la experiencia del visitante. Estas áreas cuentan con actividades prácticas, talleres y presentaciones multimediales para aprender más sobre las técnicas del artista y el contexto histórico de su trabajo.
El museo también desempeña un papel central en la vida cultural del barrio Sumida al albergar una variedad de festivales y eventos durante todo el año. Estos eventos celebran la cultura y el patrimonio local y brindan oportunidades para que la comunidad se reúna e interactúe con el museo. El Festival Hokusai anual, por ejemplo, presenta espectáculos de danza y música tradicionales, demostraciones de arte y mercados de artesanía, que atraen a visitantes de todo Tokio y más allá.
El museo es un ejemplo notable de arquitectura contemporánea que equilibra maravillosamente forma, función e integración urbana. No sólo honra el legado de Katsushika Hokusai, sino que también realza el tejido cultural del barrio Sumida. Con su diseño innovador y una experiencia atractiva para los visitantes, es un testimonio del poder de la arquitectura para inspirar, educar y conectar a las personas.
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Maestro internacional
Katsushika Hokusai es considerado el artista japonés más internacional. Maestro del ukiyo-e (el arte de los grabados en madera) entre los siglos XVII al XX, su obra influenció a los impresionistas, de Monet a Van Gogh.
Inmunes al paso del tiempo, sus dibujos continúan siendo íconos globales del arte internacional. Entre los más famosos, se encuentra su serie “36 vistas del monte Fuji” (que creó alrededor de 1831), que son una serie de “ukiyoes” que incluyen a su famosa imagen titulada “Bajo la ola de Kanagawa”.
Esta obra de arte simboliza la fuerza incontenible de la naturaleza, no solo capaz de doblegar a los humanos, sino de elevarse -metafóricamente- por encima de un ícono atemporal como el monte Fuji.
La estampa original de “La gran ola”, como también se la conoce, fue tallada en madera lo que originó que existan múltiples copias en instituciones alrededor del mundo, entre ellas, en el Museo Metropolitano de Arte de New York, Estados Unidos; el Museo Británico de Londres, Gran Bretaña, y el Museo Nacional de Tokio, Japón. De gran influencia en el mundo occidental, aún hoy resulta de inspiración a corrientes de expresión tan dispares como el cómic, el diseño gráfico e, incluso, el tatuaje.