¿Quién Parla? Matías Baldoni
Matías Baldoni, director de Arquitectura de Azcuy, habla de la importancia del concepto de la mejora constante y del modo Azcuy de hacer las cosas.
Creo profundamente que el trabajo en equipo, la búsqueda constante de mejorar, y otros conceptos no son posibles sin buenas relaciones humanas, sin vocación de servicio.
Fui a un secundario comercial en Lugano. Mi papá tenía una fábrica de calzado y en mi familia no había nadie que fuera profesional. Vengo de una familia de trabajo que me transmitió que lo importante era estudiar. La arquitectura me apasiona desde chico. En un momento, Gerardo le hizo la casa a mi papá y yo participé mucho de eso. Fui a cada reunión, iba a la obra todo el tiempo. Era un curioso profesional.
Mientras hacía el CBC le fui a tocar la puerta. Estuve un año de cadete, más o menos. Pero estaba ahí, y ya estaba absorbiendo, aprendiendo. Estoy trabajando en Azcuy desde el 2001. Viví de cerca la etapa en la que íbamos a los countries a hacer casas. Por eso la forma casi utópica que tenemos hoy de hacer las cosas, creo que eso se gesta en ese pasado.
Hacemos edificios de la misma forma en la que antes hacíamos casas familiares, con el mismo detalle, agregando valor. Trabajamos con esa emocionalidad que le pone un cliente a su casa, porque esa gente ponía ahí el resultado de su trabajo, sus sueños, sus planes familiares. Ese es el motivo por el cual hoy hacemos las cosas como las hacemos. Construimos edificios para nosotros, para comercializarlos. Pero lo hacemos con el mismo cariño de siempre. Porque no es solamente un negocio.
Creemos en la evolución, en que siempre hay que subir la vara. Por muchas razones: porque es aburrido hacer siempre lo mismo, porque tenemos los medios para hacerlo. Hemos encontrado un negocio rentable, y podemos construir un buen producto, ser mejores como profesionales, como personas, como líderes. Podemos dar oportunidades a otros, eso es importante. El lema es ese: mejorar continuamente, en todo lo que se pueda.
De la plantilla de 460 obreros que tenemos hoy, más de la mitad tienen 21 días de vacaciones, es decir que están hace muchos años en la compañía. No traje nunca un capataz de otro lado, siempre lo hemos formado. El contratista, el electricista, el sanitarista, son los mismos de siempre. Hoy son tipos de 70 años, 65, que nos vieron crecer, y crecieron ellos también a la par nuestra. Me conocen de chico. Me apoyo mucho en ellos y ellos también en mí.
Por eso hay una fidelización y un compromiso absoluto, una confianza muy grande. La gente se queda. Quizá porque se forman, porque tienen la oportunidad, porque ven que alguien los está mirando. Estamos muy atentos a las líneas de crecimiento de cada persona. Eso es valorado y reconocido.
Todo eso es parte de la cultura que se ha generado en la compañía a lo largo de estos 30 años.
Queremos evolucionar, ser mejores. No necesariamente “el mejor”, sino ser mejor que uno mismo, todo el tiempo. Para eso, buscamos erradicar la queja aún a pesar de los obstáculos que genera la misma Argentina. Salir del confort y desafiar el status quo todo el tiempo. Y si algo no se puede, buscar alternativas. Y si el producto no llega al país, salir a buscarlo afuera. Si no encontramos un contratista para algo, formamos a los nuestros.
Nos preocupa optimizar los materiales, innovar, picar en punta. Cuando comenzamos con la Serie Donna, la idea fue forjar una identidad y está en los detalles constructivos, en los materiales nobles, en la búsqueda de lo perdurable, de lo sustentable. Estamos permanentemente buscando cómo innovar.
Miramos mucho lo que pasa en el mundo. Pero cada proyecto dura 5 años, entonces tratamos de mejorar en esta obra. Ahora. Porque el momento de mejorar es hoy.
Nos va bien, podemos darle oportunidades a la gente, esto genera orgullo y sentido de pertenencia, nos preocupan las personas, por eso estamos trabajando con un coach, siempre nos capacitamos en distintas áreas.
La mejora constante no es sólo la mejora del edificio, porque esto lo hace un equipo de trabajo. El edificio es el resultado. La mejora constante es trabajar en las personas, en el estado emocional, en salir de la zona de confort, en la capacitación, en lo humano, lo personal, en el compromiso, en los procesos, lo profesional, porque los edificios los hacen personas. El momento es hoy. Ese es el modo Azcuy de hacer las cosas.