Rosewood São Paulo se destaca en el corazón de la ciudad por su celebración del arte, el diseño, la cultura y la naturaleza brasileña. El espectacular complejo combina la restauración de una maternidad histórica con un edificio que lleva la firma de Jean Nouvel e interiorismo a cargo de Philippe Starck y se transforma en la joya arquitectónica más relevante de la hotelería premium en Latinoamérica.


Con más de 22 millones de habitantes, São Paulo es una de las ciudades más pobladas y diversas de Latinoamérica. El dinámico centro financiero de Brasil esconde muchas riquezas en arte, gastronomía, monumentos, naturaleza, cultura y moda. Uno de sus atractivos más recientes es el lujoso hotel Rosewood São Paulo.
Abrió en 2022 en el edificio donde funcionó un icónico hospital-maternidad que fue restaurado y hoy está en el centro de la escena de la hotelería de alta gama de Latinoamérica gracias a un interiorismo pensado al detalle a cargo del innovador y visionario Philippe Starck, a 450 obras únicas de artistas brasileños distribuidas por todos los rincones y a un llamativo edificio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, ganador del premio Pritzker.
Con 160 habitaciones, 100 suites privadas, seis restaurantes y bares y dos piscinas, el complejo se encuentra en el corazón de la metrópolis. La ubicación es bien estratégica, ya que el hotel forma parte del enclave histórico Cidade Matarazzo, un proyecto de desarrollo urbano fundado por el empresario francés Alexandre Allard que está transformando a un grupo de edificios elegantes del siglo XX en un centro artístico, una zona verde, un espacio para comercios y varios restaurantes.
Nueva vida
Antiguamente, Rosewood São Paulo era una maternidad. Muy simbólico para la ciudad, pues ahí nacieron más de medio millón de brasileños, el hospital Condesa Filomena Matarazzo, creado en 1943, llevaba dos décadas abandonado. Quien detectó la posibilidad de transformar ese sitio en un cinco estrellas fue el afilado olfato emprendedor de Allard, conocido por impulsar el renacimiento de importantes marcas, como Balmain.
Diez años llevó la puesta en valor del edificio para que quede en condiciones de alojar un hotel de lujo. Gracias a ese trabajo minucioso, la historia del lugar se conserva y celebra en este emblema renovado que, aseguran desde la cadena, “combina la sofisticación contemporánea con la elegancia de los materiales brasileños”.
Además de esta construcción, Rosewood São Paulo también ocupa un nuevo edificio que lleva la firma del arquitecto y diseñador francés Jean Nouvel y se abre paso en el horizonte urbano. Estas dos propiedades diferentes se conectan en la planta baja, tanto a nivel interior como exterior.
El diseño de Nouvel que se eleva 100 metros hacia el cielo está rodeado por una estructura metálica que sirve de soporte para el crecimiento de 413 árboles autóctonos que le dieron el nombre de Mata Atlantic Garden Tower. La estructura forma un gran bosque vertical, con terrazas en varios niveles donde crecen ipês, lentiscos, cedros, pitangueiras, jabuticabeiras, entre otras especies.
Las plantas dan privacidad a los espacios interiores y eso se refuerza con una superposición de paneles acanalados de madera y enrejados que generan una fachada con movimiento.
La sorprendente estructura combina la arquitectura moderna con la exuberancia de la naturaleza autóctona para crear un espectáculo visual único. “La torre está invadida por árboles. De esta forma, el bosque se extiende verticalmente”, detalló Nouvel. Y agregó: “El objetivo principal fue bordear el Parque Matarazzo para convertirse en una extensión de él. La torre se transformó en una multiplicación de planos con plantaciones, terrazas arboladas que capturan la esencia del parque vecino. Esta arquitectura habla del pasado, del presente y del futuro, al conjugar técnicas, materiales y estilos diversos”.


Impronta brasileña
Phillipe Starck fue invitado a ser el director artístico y diseñador de interiores de Rosewood São Paulo. Para la ejecución de la obra, el experto tuvo la misión de utilizar exclusivamente materiales nacionales y contratar solo proveedores, diseñadores y artesanos brasileños.
Con esta consigna Starck creó ambientes amplios, cuidados e inspirados, donde cada detalle tiene importancia.
En las suites y departamentos, instaladas donde antes funcionaban salas de parto, conviven muebles cuidadosamente seleccionados, como sillones de Sérgio Rodrigues y Oscar Niemeyer y piezas diseñadas por Fernando Jaeger, Jader Almeida, Tora Brasil, entre otros.
En la decoración se eligieron distintos tipos de maderas nativas -como los enchapados de Itaúba en algunas paredes y el tronco de pequiá amazónico- obtenidos de plantaciones sustentables, mármoles provenientes de yacimientos de Bahía y pisos y alfombras creados especialmente para combinar con la exuberancia del verde que rodea el edificio.
Diversidad artística
Rosewood São Paulo se compromete a destacar el patrimonio cultural brasileño de múltiples maneras. Por eso, el hotel también se convierte en museo gracias a su colección de arte que incluye más de 450 obras de 57 artistas y artesanos de Brasil, que representan todas las expresiones artísticas, desde callejero hasta indígena.
Con la consigna “creatividad que respeta el pasado pero apunta al futuro”, se encomendaron trabajos específicos para cubrir todos los espacios de la propiedad. Diferentes historias de la vida en Brasil se cuentan a través de esculturas, pinturas, azulejos, dibujos, textiles y alfombras. La colección también presenta instalaciones multimedia, como la gran pantalla de video situada en el lobby que muestra escenas de la selva amazónica.
En cada rincón de Rosewood São Paulo se encuentran piezas destacadas. Bordea la terraza una obra de Sandra Cinto inspirada en la flora local. Un poderoso grafiti del artista callejero Caligrapixo que resume el pasado de la maternidad se apodera de un pasillo del edificio. La escultura de latón de 7,40 metros de altura creada por Artur Lescher se muestra suspendida del techo. En el lobby recibe Tropicals, un conjunto de ocho alfombras donde Regina Silvera parodia el imaginario de la fauna brasileña.
Toda la escena creativa de Brasil se concentra en este complejo que también exhibe azulejos de cerámica diseñados a mano por Fernando de La Rocque; posavasos y menús del ilustrador Walmor Correa y dibujos a mano alzada que hizo Rodrigo de Azevedo Saad, conocido como Cabelo, en el techo de Rabo di Galo, el bar de jazz del hotel.
Un vitral circular del famoso artista Vik Muniz se encuentra en la Capilla de Santa Luzia, que también forma parte del Rosewood São Paulo. El edificio histórico fue cuidadosamente restaurado para conservar su arquitectura de 1922.



Compromiso con el medio ambiente
También es pieza clave del desarrollo la sostenibilidad. Rosewood São Paulo fue construido 100% con madera y mármol brasileños y la mayor parte de los muebles del hotel están hechos de materiales reciclados. Además, se propuso operar con energía renovable e implementar una gestión responsable de los residuos.
Con el fin de ayudar a regenerar la biodiversidad, se plantaron más de 250 especies de plantas y árboles nativos (de hasta 14 metros de altura) en todo el complejo. Parte se encuentran en la Mata Atlantic Garden Tower mencionada más arriba y el resto se extiende en un jardín ubicado en la planta baja que replica un ambiente tropical en el corazón de la ciudad.
Otro espacio verde de desconexión es la piscina de la planta baja, donde las palmeras y otras muchas plantas hacen sentir en la selva. La segunda pileta se encuentra en el rooftop de la antigua maternidad. Con unas vistas impresionantes de la ciudad, este sitio más privado es un lugar estratégico para contemplar el atardecer y entregarse a las comodidades del Rosewood São Paulo y su espectacular fusión de historia, arte, naturaleza y sostenibilidad con sello brasileño.


.