Espacios flexibles a pasos de casa. ¿Cómo reunir lo mejor del home office y el coworking en un mismo desarrollo?
Los espacios de Coworking dan un paso más. Primero, se instalaron en las grandes ciudades; y fueron adoptados rápidamente por emprendedores y pequeñas empresas que buscaban un lugar en el que funcionar y compartir algunos servicios con otros en la misma situación. Generar sinergia.
Esa propuesta rápidamente desbordó a otras áreas: se crearon hoteles equipados con espacios de coworking para poder albergar a los nómades digitales (profesionales independientes que trabajan desde cualquier lugar del mundo, con el único requisito de tener conexión a internet de alta velocidad).
Sin embargo, la pandemia y el tiempo de aislamiento social obligatorio, reconfiguró radicalmente el escenario laboral; y el Coworking cedió su lugar al Home Office. Las personas incorporaron hábitos de trabajo antes desconocidos (el trabajo colaborativo en la nube, las reuniones virtuales, etc).
Por eso, tiempo después, apreciando los beneficios de trabajar en casa, pero agotados de los días de ropa de entrecasa y de las interrupciones de los chicos en las reuniones, el concepto de home office fue evolucionando.
De repente, surgieron, como en la telemedicina y otros servicios, las experiencias híbridas, que combinan o alternan el trabajo presencial con el remoto. Y poco a poco, cada empresa comenzó a establecer sus propias reglas. Actualmente, es poco el porcentaje de los empleados de las empresas que regresó a la presencialidad al 100 por ciento.
Estos hábitos contemporáneos ya se estaban gestando desde hace años en la industria del Real Estate. No sólo se trata de definir un espacio flexible destinado trabajo en el diseño de las unidades residenciales, sino que surgió otro fenómeno: el desarrollo de edificios que contienen, entre las amenities disponibles, no sólo una piscina o un gimnasio y otros espacios de ocio y aire libre sino también un lugar de trabajo compartido, estructurado en forma de oficinas flexibles.
¿Cuáles son los beneficios? El primero y el más obvio, la proximidad. No hace falta manejar ni padecer el tráfico de las grandes ciudades o usar el transporte público, la oficina está a unos minutos de ascensor.
Pero además, es una estructura sin interrupciones domésticas que permite interactuar con la familia en el momento deseado -almorzar en casa o cumplir con otros compromisos hogareños-. Otro tema son los servicios, ya que estos espacios cuentan con un staff que se ocupa del mantenimiento y muchas veces, hasta cuentan con un servicio de recepción de correspondencia y envíos.
Un último beneficio es que favorece un entorno para el networking, en el que la comunidad de habitantes del edificio intercambia contactos y propuestas para potenciar sus negocios. En ese horizonte se mueve Azcuy, siempre atento a las tendencias de la vida contemporánea. Con el desarrollo de Donna Vita, a las amenities se suma el espacio abierto de coworking. ¡Bienvenidos a la nueva era!