
En marzo de 2007, Enrico Buonocore abrió las puertas de Langosteria en Milán, impulsando un concepto de alta gastronomía con productos del mar frescos y premium que transformó la escena culinaria de la ciudad. Lo que comenzó como un proyecto personal, en la actualidad es una marca consolidada, sinónimo de lujo y sabores italianos con presencia internacional en destinos como París y St. Moritz.
A Langosteria se la puede definir como uno de los representantes más prestigiosos de la gastronomía mundial. Hoy, es una cadena de alta cocina italiana a base de frutos del mar, pero tuvo unos inicios bien modestos. Comenzó en Milán, con un local en via Savona que no era nada llamativo.
La historia cambió en 2007, cuando Enrico Buonocore abrió el restaurante con un concepto bien claro: servir pescados, mariscos y ostras ultra frescos y de la más alta calidad, preparados de acuerdo a las recetas tradicionales junto a propuestas más innovadoras. El ambiente ofrecía un lujo discreto, con un servicio eficiente pero descontracturado y una carta con los mejores vinos. “No soy chef de formación, soy un empresario y hago este trabajo del lado del cliente”, asegura el emprendedor.
La calidad del restaurante impulsó la expansión. En 2012, abrió Langosteria Bistrot, en Via Privata Bobbio, a pocos metros del primer local. Misma propuesta gastronómica, pero en un clima más distendido que su antecesor. Le siguió -cuatro años después- la inauguración del Café, en el corazón de Milán. Un proyecto con una impronta más internacional.
La esencia de un mesón a orillas del mar se despliega con el arribo en 2017 de Langosteria Paraggi. El escenario donde está emplazado no podría ser más idílico: en una terraza en la espléndida bahía entre Santa Margherita Ligure y Portofino y dentro de los Baños Fiore, un exclusivo club de playa.
Después del éxito en la Riviera italiana, todo indicaba que el proyecto ya estaba a punto para cruzar fronteras. La primera ubicación internacional de Langosteria fue París. El arribo internacional del restaurante se dio en 2021 y con mucho estilo: está ubicado en el séptimo piso del Hotel Cheval Blanc, en una terraza súper escénica con vistas que abarcan desde Notre-Dame hasta la Basílica del Sagrado Corazón y desde el Sena hasta la Torre Eiffel. “Estoy feliz de iniciar este nuevo proyecto, precisamente en la ciudad donde comencé a soñar con la primera Langosteria. Un desafío estimulante que abordamos con la pasión de siempre”, afirmó Buonocore cuando aterrizó en la capital francesa.
Ese fue el primer paso de un camino que pretende posicionar la marca en lugares estratégicos a nivel global. Lo que siguió, en enero del año pasado, fue la apertura de un nuevo restaurante en St Moritz, en los Alpes suizos. En medio de un paisaje nevado, creó un ambiente cálido y sofisticado en una cabaña de montaña con salida directa a las pistas de esquí.
El proyecto es que continúe la internacionalización de Langosteria con un local en Londres, Inglaterra -programado para abrir a finales de este año- y en Miami, Estados Unidos, en 2026.


Cucina creativa
Langosteria se distingue por ofrecer una experiencia única que va más allá de la cocina. Desde el momento en que se entra al restaurante, los comensales son recibidos en un ambiente sofisticado, donde cada detalle cuenta.
El menú es un homenaje al mar. Cada plato recrea una historia que conecta al océano con la pasión italiana. El Carpaccio de atún, por ejemplo, combina berenjenas ahumadas, tomates confitados y albahaca con la magia de una “salsa mediterránea”. Compleja y deliciosa es la Langosta al vapor con salsa de verduras, donde la estrella es este crustáceo que se destaca junto a vegetales y un dip que suma el condimento justo. En apariencia sencilla, pero de sabores profundos, es una receta típica de la Puglia, interpretada con mucha inspiración: Orecchiette con crema de habas y mariscos. También preparan los tradicionales Spaguetis ahumados con bogavante y limón de Amalfi. E irresistibles resultan los Chipirones asesinos ligeramente tostados con pan y salsa picante.
Una excelente y muy nutrida selección de vinos es otro elemento distinguido de Langosteria. Cuenta con un listado de casi 900 etiquetas diferentes que incluyen las botellas más importantes y también hallazgos de bodegas boutique del más alto nivel. En tanto, la carta del bar se divide entre cócteles exclusivos y grandes clásicos que acompañan desde el aperitivo hasta la sobremesa.
Si bien el interiorismo de Langosteria varía en cada local, todos sus restaurantes se destacan por su glamour. También impecable es el servicio. Siempre atento y elegante, sin ser ostentoso.
El estilo, ante todo, y la calidad son las claves del éxito de Langosteria, que ya cuenta con más de 15 años de historia. La marca supo expandirse al adaptarse a las demandas de la gastronomía de alta gama mientras mantiene intacta su esencia.
