Son impresionantes tanto la arquitectura como la colección del Mercedes-Benz Museum en la ciudad de Stuttgart, Alemania. Una propuesta que sumerge al visitante en el mundo del lujo, la innovación y el diseño automotriz de todas las épocas.
Desde hace más de un siglo, Mercedes-Benz sorprende con cada nuevo auto que presenta. El museo que recorre su historia está a la altura del prestigio de la marca. Sintetiza a la perfección las cualidades de la compañía: avance tecnológico, inteligencia y elegancia. Ni bien se llega al espectacular edificio ubicado en la ciudad de Stuttgart, Alemania, la foto obligada es junto a la escultura de bronce de Juan Manuel Fangio y su legendario Mercedes-Benz W 196 R Silver Arrow, en tamaño real.
Luego, al entrar, se abrirá una experiencia única. Con una superficie de 16.500 m2, el museo celebra el recorrido que inició Carl Benz en 1886. Más de 160 vehículos de todo tipo son los principales protagonistas. En nueve pisos temáticos, se exhiben desde algunos de los automóviles más antiguos hasta míticos autos de carreras e, incluso, prototipos y concept cars. Cada auto expuesto cuenta una historia y representa un hito en la evolución de la tecnología y el diseño de la marca.
Además de la muestra permanente, el museo también aloja un espacio para exposiciones temporales de artistas y diseñadores contemporáneos que exploran diferentes temas relacionados con la movilidad y el diseño.
COMO UN TRÉBOL
Uno de los aspectos más destacados de Mercedes-Benz Museum es su arquitectura impresionante y vanguardista. Logra capturar la esencia de una marca icónica y su contribución al mundo automotriz.
Diseñado por la firma holandesa UNStudio, el edificio combina una estructura moderna y elegante con una fachada de vidrio que refleja el entorno, incluída la fábrica de la compañía.
Su forma se inspira en un trébol, con tres círculos superpuestos que sitúan la experiencia del visitante en el núcleo de la configuración de los espacios.
Durante el recorrido, se alterna entre salones abiertos y cerrados, luz natural y leds y pantallas. Y lo más interesante es que los espacios de exhibición están conectados por rutas en espiral que se cruzan y permiten ver las exhibiciones desde cerca y desde lejos, así como desde arriba.
Algo es seguro: del museo se sale habiendo comprendido el impacto y la profunda transformación que la marca de la estrella tuvo a lo largo del siglo. Y la influencia que va a tener.