Este destino del sur chileno recibe al visitante con su belleza natural única de lagos, glaciares, bosques y moles de granito. Un paisaje que combina aventura y confort.
FOTOS: Gentileza Explora
El paisaje geológico del Parque Nacional Torres del Paine deslumbra porque no se parece a ningún otro. Este destino de la patagonia chilena ofrece un espectáculo de lagos turquesa, glaciares, bosques y extensas pampas, hábitat de especies como el puma, el huemul, el ñandú y el guanaco. Ocupa casi 2.000 kilómetros cuadrados, sus formaciones tienen 12 millones de años, fue nombrado “Octava maravilla del mundo” y declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO.
El nombre del parque proviene de las imponentes formaciones de granito que se alzan hacia el cielo, dominando el paisaje. Estas tres torres son un desafío para los alpinistas y provocan asombro en todos los visitantes. La caminata para llegar a su base es un sendero icónico que atraviesa bosques de lengas, notros, ñirres y arrayanes; quebradas, crestas dentadas y miradores.
EXCURSIONES
El parque ofrece una amplia gama de actividades para los visitantes. Desde trekking hasta escalada en hielo, kayak, pesca y cabalgatas. Existe algo para cada nivel de aventura y condición física.
Las mil y una caminatas que despliega este territorio recorren paisajes lunares, ofrecen vistas al lago Pehoé y las cimas del Paine y se sumergen en bosques milenarios. Este parque también alberga algunos de los glaciares más impresionantes del mundo: el Grey. Con sus tonos de azul intenso, se puede acceder en barco y recorrer con crampones.
LAS MEJORES VISTAS
Una de las características de Torres del Paine es su diversidad de alojamientos, que abarca desde hoteles de lujo hasta hosterías, refugios y zonas de acampada. Entre los más impresionantes está Explora, un lodge que tiene dos focos de acción bien definidos: la operatoria sustentable y la conservación de los territorios (cuenta con las certificaciones de Carbon Neutral Company y de Empresa B). Y a los visitantes los atienden con un servicio de alta gama.
Con una arquitectura planeada para interferir lo menos posible con el entorno natural, el lodge se luce con una ubicación privilegiada en el corazón del parque, a orillas del lago Pehoé. “La construcción se basa en lujos primordiales que le permiten al viajero habitar en su esencia en esta remota ubicación, sin distracciones. La madera juega un rol fundamental en el diseño, con especies como la lenga, el ciprés y el almendrillo”, detallan en Explora.
Pese a estar emplazado en un destino remoto, el confort es prioridad. El hotel cuenta con spa con pileta cubierta y templada, sauna y jacuzzis al aire libre. La experiencia se completa con múltiples actividades. Entre las que se destacan las cabalgatas.